El ruido en la ciudad de Mexico
El ruido produce sordera y otro tipo de
trastornos: los sibaritas, 600 años antes de nuestra era, prohibían el
martillado de metales dentro de sus centros de población. Plinio hacía notar
que quienes vivían cerca de las cataratas del Nilo padecían sordera, y la misma
reina Isabel I de Inglaterra hizo proclamar ciertas reglamentaciones sobre el
ruido, que es un residuo energético o energía degradada.
Los verdaderos males inducidos por el
ruido aparecen con la Revolución Industrial. La incorporación de la máquina de
vapor y la producción a gran escala en espacios reducidos, provocan que el
consumo de energía dentro de las industrias experimente un crecimiento
vertiginoso. Como señala H.M. Enzensberger, dentro de las fábricas el aire
estaba contaminado por gases tóxicos o explosivos, sustancias carcinógenas y
bacterias infecciosas; a ello se sumaba el ruido infernal —sobre todo en las
industrias textil y metal-mecánica.
Con todo, aunque la simple experiencia
de los trabajadores mostró desde los inicios del despegue industrial que el
ruido generaba sordera, sólo hasta 1948 en Estados Unidos, para un caso
particular, los tribunales reconocieron por primera vez que la pérdida de la
audición merecía compensación. Pasaron 20 años más para que, de manera oficial,
en 1968 el Secretario del Trabajo formulara un reglamento que establecía ocho
horas de exposición máxima para niveles de ruido de 85 dB (siempre denotaremos
con dB el nivel de ruido medido con un sonómetro en la escala A, que es la
escala que mejor reproduce la sensibilidad del oído humano). Sin embargo, al
poco tiempo la presión de los industriales —quienes veían crecer la posibilidad
de desembolsos en compensaciones con esta ley— modificó tal reglamento para que
el nivel de ruido subiese a 90 dB, y desde entonces tal reglamentación se ha
extendido a casi todos los países, prácticamente sin cambio.(Peralta, en linea)
El ruido hizo sus primeros estragos en
el ámbito limitado de la industria, pero hoy, con la industrialización y el
crecimiento desmedido de las ciudades, la contaminación por ruido ha adquirido
un carácter ambiental, de manera que en el trabajo, en la escuela, en los
espacios públicos y aun en nuestro hogar siempre estamos asediados por él.
Lamentablemente esto día a día no nos da importancia, nos da importancia hasta que realmente tenemos el problema enfrente el dejar de escuchar a nuestra persona favorita, nuestra música preferida, es muy lamentable, algo como ponerle mut a la televisión y ver como la demás gente escucha es de lo mas triste.(Research, Malestares auditivos)
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Así que aunque se sabe que los sonidos altos pueden ser dañinos, los jóvenes (y los adultos también) no parecen estar conscientes de que estos peligros se aplican a sus casos individuales.
Los auriculares de nuestros aparatos electrónicos pueden causar tanto daño al oído como un motor de jet. (Hamann, en línea).
No hacemos ni lo más mínimo para cuidar a nuestros pequeños oídos y lamentable los padres no enseñan desde pequeños a los niños a cuidar a su integridad auditiva, a lavarlos con delicadeza, a poner música en un tono de volumen bajo, a evitar en mayor rango el salir en horas de tráfico para no ir contaminación auditiva.
Incrementar el volumen de nuestros auriculares o escuchar riudos altos daña la capa que recubre las celular nerviosas que son las mismas encargadas de trasmitir las señales de sonido a nuestro cerebro.
El daño más evidente es la sordera, pero en realidad el espectro de sus consecuencias patológicas es mucho más amplio: interfiere la comunicación oral; el diálogo por encima de los 65 dB ya exige un sobre esfuerzo; induce indiferencia e insensibilidad hacia lo que ocurra en nuestro entorno, y contribuye a consolidar el peculiar aislamiento de los habitantes urbanos. Además perturba el sueño, desde niveles tan bajos como 35 dB; a 70 dB hay un 30% de posibilidades de que la gente despierte, y un 70% de que se presenten alteraciones en sus señales electroencefalográficas; por ello la recuperación física no es completa cuando se duerme con ruido. Desde luego, también produce estrés y todos los males que se derivan de la tensión nerviosa: trastornos circulatorios, alta presión arterial, dilatación pupilar, males gastrointestinales.(Research, Malestares auditivos)El ruido afecta la eficiencia en el trabajo, y en particular el desempeño de actividades como la reunión de información y análisis; provoca agresividad, intolerancia hacia los errores de nuestros semejantes. Incluso se ha llegado a afirmar que el ruido provoca una disminución en la libido, y malformaciones en el feto.
El abanico de los perjuicios inducidos por el ruido es amplio, pero la mirada de la ley es miope. Las legislaciones actuales que regulan la exposición al ruido sólo consideran los daños de tipo auditivo, pues los de tipo fisiológico o psicológico ocurren a niveles menores de 90 dB, y por tanto escapan a toda regulación en nuestro país.
Los estudios más sistemáticos sobre niveles de ruido y efectos patológicos se han hecho en el medio industrial.
En el espacio público, algunos puntos identificados como ruidosos son la Plaza de la Constitución, donde se registran entre 72 y 83 decibeles; el corredor de Madero, con 71.3; Eje Central, con 73.9, y avenida Juárez, con 76.
De acuerdo con los especialistas, esto se debe a la cantidad de personas que visitan estas zonas, así como al número y tipo de comercios que hay ahí: tiendas, cafeterías, restaurantes, bares y antros. (Delgado,en linea)
En lo que va del año, el ruido es el tercer motivo más frecuente de quejas ciudadanas ante la PAOT, con 24.52% del total recibido por la dependencia. Hasta los primeros días de agosto, los dos primeros motivos son las presuntas violaciones al uso de suelo y la conducta de animales de compañía.
Los causantes de ruido señalados con más frecuencia son los bares, los antros y las obras en construcción, a los que la PAOT puede multar si violan los límites de ruido indicados en la Ley de Establecimientos Mercantiles de la capital. Sin embargo, ciudadanos consultados consideran que quejarse ante las autoridades no da resultados, pues los negocios denunciados siguen incurriendo en faltas.
Nostros mismos dañamos a nuestros oidos por ue nunca medimos las consecuencias de nuestros actos como al escuchar musica con auriculares eso no es normal por que siempre la ponemos a todo volumen o el simple hecho de que cuando hay trafico e que los carros estén pitando eso estreza y hace que te pongas de mala.
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